Experiencias del taller en Monterrey: integración de ciencia y fe para la paz

El 27 de agosto se llevó a cabo en la ciudad de Monterrey, Nuevo León (norte de México), el taller titulado “Comprendiendo la violencia desde la biblia y las ciencias: vías para construir paz y justicia”. El estado nos recibió con un "calor abrazador" (en el sentido de abrazo también). Este espacio fue impartido por Sandra Márquez (Estudiante de doctorado en Psicología Social y catalizadora de Nivel 2 de la ILC) y Maritza López (Politóloga y obrera estatal en Tabasco). 

Se contó con la participación de 12 personas entre estudiantes y obreros, cabe resaltar que en este taller tuvimos la participación de profesionistas de una organización civil, maestros y alguien más del ámbito de la arquitectura, quienes aportaron interesantes perspectivas.

Si bien fue un taller intensivo, se inició, a diferencia del llevado a cabo en la CDMX, por una charla sobre los modelos para integrar la ciencia y la fe, tomando como base los postulados de Alexander D. (2007), quien señala cuatro posibles formas de entender esta relación.

Figura 1. Relación de la ciencia y la teología 

Fuente: Diapositivas compartidas en el taller con base en el texto de Alexander (2007) se puede consultar aquí el texto original:  https://www.faraday.cam.ac.uk/wp-content/uploads/resources/Faraday%20Papers/Faraday%20Paper%203%20Alexander_EN.pdf. 

Es posible pensar que para cualquier esfuerzo, desde la ciencia o desde las ciencias sociales, para construir justicia y paz que no parte de la fe, es un ejercicio vacío o que será infructífero. Pero fuimos desafiados a conocer esas herramientas, posicionándonos desde un modelo de integración, al conocer las teorías de paz desde la academia también es posible ver ciertos vestigios del carácter de Dios en el ser humano, que nos llama a ser justos /justas, vivir y compartir de su Shalom de manera integral.

Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

En este taller se reflexionó durante las charlas a lo largo del día en algunos temas del contexto, como el caso de Debanhi Escobar (estudiante desaparecida y luego encontrada sin vida a inicios de 2022), el de Jorge Antonio Mercado y Javier Francisco Arredondo (estudiantes del Tec de Monterrey asesinados por miembros ejército), también se pensó en la problemática de la falta de agua en esta entidad como una manifestación de la violencia estructural y en general, se compartieron perspectivas sobre la falta de denuncia de delitos fenómeno ocasionado por la impunidad en el país. Con un sentido analítico pensamos en las formas en las que participamos en la cultura de violencia por acción u omisión y qué podemos hacer al respecto.

Los estudiantes desarrollaron iniciativas para dar respuesta a la violencia en el contexto específico de sus Universidades, algunas de las ideas de proyectos a implementar fueron: 1) Redes de apoyo para chicas que han sufrido violencia en la Universidad, 2) Difusión de infografías sobre como denunciar delitos, 3) Estrategias de apoyo para estudiantes foráneos y minorías en el Campus.

Se ahondó también en los referentes desde la fe y la ciencia para entender la violencia, la justicia y la paz, realizando dinámicas participativas para comprender y compartir distintas perspectivas. Se tuvo una cálida bienvenida por parte del grupo local y la iglesia Eben-ezer a quienes se agradece su gran hospitalidad, así como al obrero regional René Menchaca y a su familia por hacer este espacio posible.

A continuación, algunos testimonios:

Me gustó conocer modelos de conflicto, independencia, diálogo e integración. Temas poco hablados como la violencia, así como los factores que la provocan, índices en México y el mundo, ejemplos bíblicos donde hay violencia y como tratar los casos. Jonathan Garza, estudiante.

El taller me hizo ver cosas en mi mente y en mi corazón que antes no estaban visibles, a amar al desamparado, a tener más empatía, hacia las personas y situaciones. Karen Oviedo, estudiante.

Todo el contenido fue explicado con gran habilidad por las expositoras, fue interesante identificar los datos estadísticos que se usan para medir la violencia y que hay un alto porcentaje de personas que trabajan desde la fe, el ejercicio de su práctica profesional, o que tienen una base de fe presente. Ana Bello, Profesionista

























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